jueves, 20 de julio de 2017

ECONOMIA INCA

ECONOMÍA  INCA

UNA ECONOMÍA  AUTO SUFICIENTE

La gran diversidad de climas y paisajes a lo largo de los más de km de norte a sur, se reflejó en la economía. La costa fría y seca favoreció la pesca, que también se practicó en balsas en el lago Titicaca. En los valles de la sierra se dio el cultivo de maíz, la calabaza, la mandioca y otros productos alimenticios o textiles, como el algodón; mientras que en la puna, como también se le llamaba a la meseta, se practico el cultivo de papa, de la que existían más de  variedades. Este tubérculo, base de alimentación del pueblo Inca, se desecaba y se almacenaba para utilizarlos en períodos de escasez. Finalmente, en las tierras más altas se desarrollo la ganadería de llamas y alpacas. Las llamas eran de gran utilidad: su carne se comía fresca o en forma de charque y también se aprovechaba la lana; era además un buen animal de carga apto para la cordillera. También se domestico la alpaca, de lana más fina, la vicuña cuya lana estaba reservada para los vestidos del Inca.
En los valles tropicales se cultivaba la coca, cuya hoja se masca o se toma en forma de té y sus efectos permite soportar el frio y la altura y el hambre. De esta forma los Incas lograban auto sustentarse,  es decir, no necesitaban nada de afuera del imperio, tenían sus necesidades básicas de alimentación, vestimenta y construcción satisfechas.

UNA ECONOMÍA PLANIFICADA:

Los Incas construyeron verdaderas obras de ingeniería en las laderas de los andes. Para aumentar la superficie cultivable. LAS TERRAZAS DE CULTIVO, eran plataformas de tierra sostenida por muros de piedra, que transformaban la pendiente inclinada en una serie de escalones horizontales. Rellenas de gravas y abonadas por el excremento de las llamas y aves marinas, solucionaron los problemas planteados por el relieve. Como las lluvias eran escasas, se construyeron canales y acequias para transportar el agua desde los deshielos hacia los campos de cultivos.
El trabajo se llevaba a cabo en forma cooperativa por las comunidades aldeanas llamadas ayllu. Aunque la tierra pertenecía en su totalidad al Inca, este entregaba campos en usufructo a los Ayllus. El curaca distribuía los campos entre las familias según el número de integrantes y reservaba las dos terceras partes de la misma para beneficio de los templos y del Inca. Estas tierras eran cultivadas en común por los campesinos y su producto era enviado al Cuzco o almacenados en los depósitos del gobierno local. Los campesinos trabajaban en la tierra del Inca o de los Templos en turnos rotativos de tres meses. Este sistema de trabajo forzoso se llamó MITA y fue también aplicado a otras actividades  mantenimientos de los campos y caminos, participación obligatoria en el ejercito, mantenimientos de depósitos. Durante este período de trabajo los campesinos eran alimentados por el Estado, que los proveía de semillas y herramientas y mientras duraba su servicio, mantenía a sus familias.
Aunque el excedente producido iba para el Inca, este tenía la obligación de alimentar al pueblo en caso de escasez.

Con el excedente, al igual que en Egipto, el Estado pagaba a los funcionarios, al ejército, mantenía los templos y financiaba a los templos. Los tributos al Inca, no solo eran pagados en cosecha sino también en trabajos, tejidos, joyas, metales y otras. Todos estos recursos eran controlados por el QUIUCAMAYU, que llevaba a cabo los censos de hombres y productos. Como el Estado organizaba y distribuía los productos, no fue necesario desarrollar un comercio, además cada Ayllu poseía tierras  en todos los pisos ecológicos y por lo tanto contaban con una diversidad de productos que no hacía necesario el comercio.   

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